Acá estoy... conjugando el pretérito
de todas las angustias que murieron
anudadas a la nostalgia de tus besos.
El hueco que dejó entre mis brazos
el espacio de tu cuerpo... aún sigue vacío.
Hay un silencio instalado en mi garganta
enmudeciendo el eco de tu nombre.
Hoy soy esta mujer y soy todas las otras
que fueron quedando en el camino.
Jirones de una piel que quedó enredada entre tus dedos.
Hoy ruge un volcán en todo el cuerpo
que no derrama inútil su deseo.
Sé que estás y te amo. Y eso basta.
Que el amor trasciende espacio y tiempo.
Que a veces no valen etiquetas,
porque cualquier palabra es diminuta.
Hoy soy y estoy... entera.
Hoy soy y estoy... completa.
Aún estando sin ti... logré sobrevivir.
Aún sin ti... logré respirar.
Soy y puedo SER alguien por mí misma.
Hoy entiendo el peso que causa un amor cuando se enferma.
Ya no eres el responsable de todas mis tristezas,
de todos mis delirios, ni de mis ideales.
Yo te amo. Porque es inevitable.
Porque quiero y no hace falta que sea un intercambio.
No hay transacción. No hay partes iguales.
No importa y no hay culpables.
Estoy acá. Erguida.
Mis manos no acunan en un puño soledades
para esgrimirlas como armas en tu contra.
Abrí el puño y la soledad abrió sus alas.
Mi soledad y yo... hoy somos libres.