Juan Senda

***A LA MUJER QUE AMÉ***

A LA MUJER QUE AMÉ

 

De la mano del silencio


descalzo en la noche amarga,


los dedos caían yertos


y los pies dejaban marcas.

 


Cuando los pasos caían


sobre las blandas arenas,


mis ojos eran estrellas


por las sombras de la playa.


 

Figuras de los demonios,


de Satán me imaginaba


y de todos los espíritus


que por el aire vagaban.


 

Huellas por la arena seca,


calcas por la arena blanca,


sombras con la capa verde


venían tras de mi espalda.

 


El río con sus preludios,


quien a la villa besaba,


siempre extendía su lengua


cuando mis pies lo cruzaban.

 


Y por las noches de invierno,


cuando desmayaba el silencio


salía yo cual mancebo


a mandarle carta a mi amada;

 


A la mujer que quería,


a la ninfa que amaba,


aunque dentro de mi vivía


en la distancia la tenía.

 


Después de cruzar el río,


con las calles apagadas,


buscaba con dulzura el buzón


que le llevara mi carta.