A veces camino solo por las calles y veo pasar,
ancianos tomados de la mano acompañándose mutuamente…
Recuerdos de antaño de lo que solían poetas escribir por soñar,
…épocas perdidas en un mundo que hoy se deshace, y mi corazón tiende a estallar.
Hoy mi vida está atada a dulces y tristes creencias,
pero mi mundo ya no es el mismo., éste es el del egoísta,
el de los sueños personalizados y realización material,
donde un compañero de vida es tan solo un abrigo que nos podemos fácilmente quitar.
Y en mí estalla un llanto ahogado de angustia,
cuando déspotas del presente me piden ser indiferente,
mostrar fortaleza para volverte a conquistar.
Pero no puedo fingir quien en mi cuerpo ya no está;
fortaleza la hace una familia unida, pero como no desangrar por dentro
cuando un hijo me dice que quiere verme feliz!... tan solo para por fuera su dolor callar.
El daño es cruel y dura toda una vida;
entonces como podré ser feliz sabiendo que detrás de sus ojitos contentos al verme feliz,
se esconden fantasmas que asustan hasta el mas valiente;
fingiendo hasta la muerte, el dolor que ni yo puedo disimular.
Y de seguro entiendo que como yo al ver dos ancianitos juntos caminar,
sus mentes volarán con una imagen, que sus sueños nunca podrán plasmar.
Ayy hijitos míos! ...soy padre y fui hijo y entiendo de este dolor,
si bien mis padres no se separaron, el miedo incrustado quedaba al verlos pelear.
Pero se mantuvieron juntos hasta que uno se fue de este mundo,
y quien quedó detrás me recuerda que su amor fue muy fiel.
Hasta ahora ella llora su falta, una falta que yo no puedo consolar;
porque haber perdido el compañero de su vida es aquello con lo que no queremos ni soñar.
Como hijo y sin egoísmo yo pienso al verla por él llorar,
Que si dios se la lleva consigo para a mi padre poder besar una vez mas;
Y sea la muerte el destino para dos almas hallar la paz, en mi reinará la calma aunque me vean llorar.
Y si bien los he de extrañar,
…entiendo!, que sería hermoso que de así quererlo, a compañeros de alma,
se les diera la oportunidad de irse juntos a la eternidad. A.Cuenca