Sin luz quedaron sus ojos
y ya no está su sonrisa.
Como perdida y sin prisa,
camina mirando al suelo.
Se ha transformado en desvelo
la palidez de su amado
y han quedado abandonados
los proyectos de su amor.
En su joven desazón
no hay más que luto y tristeza.
Hay preguntas sin respuestas
que obnubilan su razón.
Pues dejó su corazón
en un hueco de la tierra.
® ESCRITOR INGEL LAZARET