El silencio me acompaña
como una sombra
pegada a mis oídos.
Todos los sonidos
opacan mis silencios
pero no los matan
dejando siempre
en suspenso las palabras
tus palabras
ocultas en la distancia de la mirada
huyendo de la lógica que nos une
en ese desesperante vacío
donde no atrevo mis pisadas
y ese silencio
de palabras vanas
en diálogos circunstanciales
hola…, te quiero…
yo también
y el silencio inunda
una vez más
el espacio inmenso
que hay entre nosotros.