Iven Marino Mesina

El paraíso perdido

 

Cuanta belleza recorre mi selva, y la inocencia de mi gente,

El alimento del día,  buscamos con nuestras manos

Cazando, con nuestras lanzas,

Y en el río, pescamos peces nuestros, Las Truchas,

El aire caliente, y el color, ocre de nuestra piel

Y nuestros hijos juegan inocentes,

Con la pureza de la tierra virgen.

¡Cuánto lamento y dolor, Llegaron a nuestra gente!,

Nuestros corazones, frustrados, invadidos

Por la bajas Ambiciones, de los Hombres

Destrozando nuestro hogar y

Hemos sido echados fuera, de nuestros dominios,

Ya no somos el amo de nuestras tierras

Ya no, nos, respectan, nuestra raza, nuestra pureza,

Nuestros hombres, nuestras mujeres, ni nuestros hijos,

Hemos sido Tratados como animales,

Sin poder vivir, ni disfrutar de la naturaleza

Somos  indígenas, gente noble,

De pura sangre, humilde, sincero,

No conocían, la maldad del forastero.

Que de nuestras tierras, nos arrancaron,

Causando dolor y sufrimiento, un Mi pueblo,

Ante la impotencia, del poderoso invasor

No me queda más, que mis lágrimas Contener,

¡Impotente! tal ante hastío, codicioso, opresivos

Que mis ojos brotaron en llanto,

Busco la Luz y La Esperanza,

De todo, lo que, se nos, han quitado,

Quedando, grabado,

Diapositiva de Como, en mis pupilas

De mi hermosa tierra virgen

 ¡Mi paraíso perdido!.

 

Iven Marino