Así te imagino,
mi caballero de alta envergadura,
valiente como ninguno,
cabalgando airoso en tu fiel corcel,
llegando hasta mi puerta,
rescatándome de éste abismo de una vida fría.
Así te imagino,
con una mirada cautivante y avasalladora,
derrochando amor y ternura,
conquistando hasta el último suspiro,
de ésta, tu princesa cautiva.
Así te imagino,
rompiendo las cadenas
que se forjaron a base de quimeras,
cadenas que se alimentaron
de sueños interrumpidos,
de párpados caídos,
de lágrimas en noches de luna llena.
Entra en mi vida
y rescata ese último sueño que me queda,
toma entre tus manos
ese rayito de luz que aún brilla, allá,
muy en el fondo de mi inagotable esperanza de amar...
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