Ayer alcé una hoja olvidada,
llena de otoño y silencio,
absorto estuve en su gris universo
de bosques.
Muchas hojas habitaban la hoja,
como aldea fantasmal
y quebrada.
Acústico otoño naufragante
en el callejón del viento.
Ayer alcé una abandonada hoja
con turbio mar crujiente
de nostalgia,
y mi corazón se percató
de la sangre de montes
que huyeron en la infancia
sin poderlos aferrar…
Ayer tuve una hoja temblorosa
como mis huesos,
-cofre en mis manos-,
luego la brisa la extravió.
El cielo se fue replegando,
la plaza murió de sombras,
quise allí quedarme pero mi alma
a un palacio
la habían convidado…