El humano se fue cansado; en su ir y venir,
los astros destelleantes dejaron de brillar,
las aves y las ninfas dejaron de cantar
y, todo el universo se fue a dormir.
Todo se conspiró en perfecta armonía
¿y luego?. El sol perfecto se hizo pequeño,
todo en este mundo cayó en sueño,
los árboles de mi otoño deshojaron mi melancolía.
Y tú amada, sueño, viaje de mi cuna
dulce sueño del silencio de tu encanto,
que despiertas del inefable amaranto,
ya entrada la noche, los dos mirando la luna.
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John Morales Arriola.