¿Para volver a escribirnos necesitamos (otra vez) transformarnos en poetas
en pajaro
insecto
de esos pequeñitos que nadie recuerda?
¿tendremos (otra vez) que nombrarnos?
con esos nombres sacados de libros de botanica
de historia antigua
de diccionarios raídos de desconocidos lugares
de piedras terribles; pero, con nombres larguisimos y bellos.
O dímelo (otra vez) ¿que necesitamos?