Entre más lo pienso, menos lo entiendo.
Dejaré de pensar...
Entre menos lo entiendo, más lo siento.
Dejaré de sentir...
para no pensar, ni entender, ni sentir...
...
...
...
¡¿Podré vivir?!...
¿sin pensamiento, ni entendimiento, ni sentimiento?...
Sería como morir… ¡y seguir viviendo!
Afortunadamente,
¡sí pienso... y sí siento!
y aunque no siempre entiendo,
¡VIVO!...
felizmente latiendo.