Alfonso Vite

LA CONDENA

Errante en las noches, buscando sueños inconclusos. Apacible en los días, construyendo sueños frágiles,  que al final -sé muy bien- serán el alimento de un alma que hace tiempo se condenó al silencio.

¿Acaso queda algún otro placer para aquél que, en su desesperación, invocó a la soledad y a la Naturaleza; clamando piedad para escapar del hastío y la monotonía?

En cada nuevo Crepúsculo mi espíritu se aterra de melancolía, se aferra a los recuerdos de una memoria ya casi muerta. En esos momentos, sólo deseo hundirme en el Leteo; para olvidar, para no existir...para sucumbir en el olvido.

Me he cansado ya de devorar sueños, de vagar eternamente, sin espacio ni tiempo fijos.
Harto, de ofrendar mi corazón al Cerbero cada noche, para luego ser resucitado por el calor terrible de la Realidad a mi lado.

ElMaeseVite.
05-09-2007