DESAMPARADO
Desamparado estaba ante la vida
que tan elevada influencia ejercía,
sobre cíclicos campos sin rotura
cubiertos de alfombrada poesía.
No se trataba de los sueños fósiles
los mismos sueños de la dinastía,
de frases con acentos pervertidos
llenos de entonación ciega y vacía,
Era sin más la fuerza arrolladora
que no dejaba al canto que ponía,
lo que es incierto sembrador de dudas
que el tiempo cura con su lejanía.
Y relumbraba el poder del relámpago,
aunque contra la aurora no podía
imponer su mandato tan frenético,
ni roturar otero, ni la umbría.
Nunca quise la flor en campos yermos,
ni el verso de las primaveras frías,
no distinguen invierno del verano
y niegan los colores que lo habitan.
Solo busco las plácidas miradas
que remueven latidos que morían,
en la cúspide donde está el aliento
y el suspiro amanece cada día.