Me relataba un amigo
con sonrisa comprensiva.
Este amante de la vida,
contaba con tenue voz:
“he dado mi corazón
en lo mejor del camino,
ignorando que dormido
mi sentido, nunca estaba”.
“Cada beso que me daba
era por mil recibido,
horadando mi destino
por el gusto de horadar,
intentando con llorar,
borrar lo que había mentido”
“Este cuento conmovido
quedará en este lugar,
solo las letras sabrán
todo lo que ya han sufrido”.
“Que en paz siga su camino,
yo no la puedo odiar”.
® ESCRITOR INGEL LAZARET