¿Que cómo pasó? ¿No sabes?
Pues bien, si no sabes, te lo
diré, pero lo haré como
sólo yo sé contártelo...
Fue una tarde nublada por
pensamientos grises, negros,
que nos tenían de tono
igual a ellos, sin embargo,
como en el lienzo en blanco de un
artista, aparecieron
los colores. Los pintamos
con cuidado, entre los dos, y
plasmamos cada caricia,
cada beso con rojo de
pasión... Pintamos miradas,
el uno sobre el cuerpo del
otro. Miramos las almas
y nos entregamos con
cientos de abrazos eternos
que aún llevo en el pecho, pues
en ese justo momento
la arrancaste de mi pecho y
te metiste con un beso...
Nadie en la Tierra lo había
hecho jamás y nadie en la
Tierra lo volverá a hacer ya...
Mi fuerza, mi voz, mis ganas
de poder volver a confiar
en una persona, pues en
tu compañía estoy bien.
Seguridad... Pensamiento
que tengo al interpretar el
Nocturno de Chopin que me
inspira a la vez a escribir,
tanto letras en las hojas
de cuadernos cualesquiera,
como en las hojas donde
se escriben las notas que son
leídas por mis ojos, que
son escritas por mis manos,
oídas por tus oídos
y sacadas de lo más
profundo del corazón,
donde, además de las notas,
vives solamente tú...
¿Entiendes ahora lo de
la estrella? Lo cierto es que tú
eres aquella estrella de amor...