Eres lo que nunca más quise volverme a encontrar
pero a la vez ese a quien solía hallar
cada cierto tiempo, cuando no lo esperaba,
y cada otro tiempo luego yo te pensaba.
Pero sigues siendo ese al que esquivo
las miradas cada vez que respiro,
o exagero un tanto posiblemente,
el hecho es que te quiero fuera de mi mente.
Eres, diria yo, la piedra con la que llegue a tropezar
una y mil veces, quizás hasta más;
pues me faltaban fuerzas y perdía valor
queriéndole apostar ciegamente al amor.
En la distancia es mejor ubicarnos
lejos, bien lejos de ser necesario.
No verte es mejor que comer con los dedos,
el daño es menor si evitamos encontrarnos.
Oh, pero verte no es bueno, claro que no.
Sería como volver al pasado
confinándome al fracaso
rindiéndome ante ti. Mejor no.
No te quiero de vuelta, nada bueno de eso saldría.
Nada bueno sería al darse uno cuenta
si al vómito vuelvo tras la fatiga.
Hastiada del tema ni lo pensaría.
Oh, pero esto no funciona así,
te vi en las pantallas del computador
en las revistas de las consultas al doctor.
Y si fuese poco hasta en el televisor
y luego en la calle tras el retrovisor.
Hace rato que te me pareces a todos
y eso es más difícil que lamerse los codos.
Pero es verdad, te he visto por ahí
y el recuerdo vuelve a nacer ¡caray!
Y no te quiero de vuelta, en lo absoluto
sin embargo contigo hoy quisiera un minuto
y decirte que te amé, te amo y te amaré,
pero el pasado es historia, al cual nunca más volveré.