Esperpento

Mi heroína

Que me mataron ya se sabe;

que vivo inmerso en mí, también.

Alguien ha de venir a encontrarme...

Pero, ¿quién? ¿Quién?...

 

Callado espero, tal vez, la heroína

que tenga el valor para calmar mi tedio.

Seré su losa, sí, y su piedra, su rutina,

pero también su escudo, su mártir, su ensueño.

 

Y libraré, sé, árduas batallas

matando fantasmas del que es mi infierno...

Y sólo habrá miedo a perder lo eterno,

y la Muerte, de mirarnos, no tendrá agallas.