Sobre agua preñada
Limpia y sosegada
Levantaré tú pedestal
Para adorar lo que nunca volverá
Sobre aire insuflado
De tu recuerdo amado
Izaré tu estatua de metal
Para cegar los ojos del mal
Sobre montañas de quererles
Que se vean más allá de los mares
Forjaré tú recuerdo letal
Pero esta vez, no de cristal