Gran sentimiento en los hijos
es el amor por su madre.
Desde antes de haber nacido,
hasta siendo gente grande.
El corazón de una madre
y el corazón de su hijo,
al unísono ambos laten
y por siempre están unidos.
Hay un secreto en los hijos,
que conocen cuando grandes,
aunque al mundo hayan vencido
y que a “invencibles” les ganen.
Todos sabemos, como hijos,
que en algo habremos fallado,
y aunque nunca nos lo dijo
no fuimos como ha esperado.
El secreto de una madre
cuando observaba la cuna,
que el vástago se haga grande
adorando a esa criatura.
Cuando el vástago fue grande,
y encorvado por los años,
con un gesto preocupado,
con pena en el corazón,
quiere alzarlo con amor
y cargarlo en su regazo.
Quiere acunarlo en sus brazos,
para que olvide el dolor.
® ESCRITOR INGEL LAZARET