Aunque todo se cubra de tienieblas
y no este seguro,
donde ha de tocar mi pie;
yo no apagaré mi sonrisa.
Aunque la boca amada,
que besé con unción,
alce ahora, al viento,
su voz de crítica;
Yo no apagaré mi sonrisa.
Aunque en el día de tu cumpleaños,
no pueda besar tu mejilla
-hijo mío -
Yo no apagaré mi sonrisa.
Porque mi sonrisa es la fé,
que me permite ver a través de las tinieblas,
porque mi sonrisa es la fé,
que perdona y ama.
Porque mi sonrisa es la fé,
de tenerte algún día,
junto a mí, hijo mío;
por eso :
¡ Yo no apagaré mi sonrisa !