Detrás de estás paredes está el verano.
La vida explota en las esquinas de mi Buenos Aires.
Yo aquí en esta jaula apuñalado en jueves.
Es enero y el mar está muy lejos.
El cielo es agrio en mi mirada.
La Cruz del Sur se despedaza entre mis manos.
Me llueven palabras caidas de los libros.
Navego en catesismos fuleros.
Atajo locuras disfrazadas de amor.
El mar está muy lejos para tranquilizar mis pies.
Para llorar a solas en esta inmensa porteña soledad.
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Otra noche malcolgada tajeandome la piel.
Bandoneon deshilachado.