Tiene ella un “te amo” en la mirada;
percibo en sus brazos mis ganas de abrazarla,
y en sus lágrimas va mi dolor, en su aliento: mi sabor.
Tiene ella en sus labios todo lo que callo ( ¡adoro
mis palabras en su voz!),
y solo dice lo que prefiero escuchar.
Suda ella mi cansancio, sonríe mis alegrías
y duerme mis sueños; ¡Pasos firme Luna mía,
pasos firmes!
¡Cuánto me hieren tus tropiezos!