Entre las curvas de tus labios, y por donde me paseas a lo más profundo de tus idilios cuando se abren los más finos tapices de tu voz infinita que vislumbra el eterno silencio del deseo. Surgen como rocas muertas partidas en mil pedazos toda tu eternidad.
Para sellar con atardeceres tibios que solo se sienten con la espesura cuando conversan entre la razón y la insensatez al no poder deleitarse por cuanto te ven emerger con tal distinción de tu blancura.
Dejando volar sobre los tibios pañuelos de hojas de ébano dejando la mística sensación a mármol recién tallado que provoque el chapotear de sed. Enredando en tus cabellos con el más cálido verano y la suave brisa que aun deja al descubierto los más recónditos impulsos de tenerme entre tus brazos y desvelar con claridad el despertar de una intensión fogosa.
Con una mirada en pos y alcanzas a pintar sobre los lienzos de la blanca piel de tu espesura , tornada con aquel conjuro entre tu luz interior al desnudo.
Luigy