Quiero comer de tu mano.
Quiero lamerte los pies.
Como cualquier perro fiel
seguirte por todos lados.
Como a cualquier perro manso
que acaricies mi pelaje
y si te ladro al tocarme,
te ladro porque te amo.
Y con gemidos te llamo
para que en mí, tu repares.
Quiero acostarme a la vera
increíble de tu lecho.
Quiero amanecer despierto
para observarte dormir.
Y si te cansas de mí,
no me retes, te lo ruego.
Hazme solo un simple gesto
y me retiro de allí,
aunque me duela salir,
me echo lejos y me duermo.
Quiero que sepas, mi dueña,
que mi vida está en tus manos
y a tu mínimo reclamo
daré mi vida por ti.
Que si te hace feliz
el sacarme de tu lado,
ya vagaré por los campos
y dormiré en la maleza.
No importará mi tristeza,
o si he de morir llorando.
Yo quiero vivir feliz
con tu recuerdo en mi mente
y también que me recuerdes
cada minuto en tu vida.
Con mi mirada afligida,
con un rictus de candor
y con toda la emoción
que me provoca el mirarte,
mi ternura he de mostrarte
y también todo mi amor.
© ESCRITOR INGEL LAZARET