Eres mi aire y no puedo respirarte.
Eres mi luz y solo soy oscuridad triste.
Comencè a florecer cuando me abrazaste;
y aprendì a versificar porque me creìste.
¡Pero què desdicha es estar desierta,
sin libertad, sin mañana ni sosiego!
Viva y sin embargo muerta;
porque quemada estoy en mi fuego.
Vete, mi sueño, que abandonada
podrè gritar, y sentirme desolada
acariciando todos mis despojos.
Podrè ocultar toda mi tristeza,
ya no serè esa carga que te pesa,
pues mis reflejos borrarè de tus espejos.