Negruzca calle en que un día partiste,
Mi vida como un barco a la deriva;
Mi sonrisa se ha ido de viaje
Y mis ojos son dos cristales opacos
Por el río que corre
A través de mis mejillas.
La noche toca una melodía triste,
Las estrellas se lanzan en los brazos
De las constelaciones
Para calmar su dolor.
Yo pobre y afligido(a)
Por las veces que veo
Pasar los carros de azabache
Y el tiempo oprime mi corazón,
Para que muera en mi dolor.
Tus brazos me hacen falta,
Tus caricias divagan por mi cuerpo,
Tus labios arrancan mi piel
Como se despluma a una gallina.
Triste soledad,
Canto de las aves melancólico
Y larga espera a que llegue
El tren para llevar mi vida
A lugares insólitos,
Para olvidarme de ti.
Triste es la aurora sin tu mirar,
Triste la mañana sin tu obrar,
Melancólica la tarde sin tus palabras
Y la noche es fría como un témpano
De hielo sin tu aliento.
Veo esa calle de oro y diamante,
Sueño desesperado(a) para verte
Regresar a mis brazos,
Pero el infame zancudo me peñisca
Para hacerme recordar
Que tú no volverás nunca
Y tengo(a) que levantarme
Para seguir mi afán sin ti.