Entonces era la política,
la abrumadora, la sucia y la descarada.
No eran los humanos,
como tanto decía el hombre
ni las mujeres con sus ataques de celos
lo que mataban a sus maridos
en ráfagas de cólera.
Era ella y sus politiqueros,
con sus trampas formuladas previamente
y con unos cuantos millones de entre los bolsillos.
Era la mata del odio entero,
con sus retoños sembrados en cada árbol,
en cada tierra,
y en cada mente discapacitada,
estirando sus raíces
y preparando la paz para la guerra
Era la política
con sus acuerdos diplomáticos
y sus discursos preparados de ante sala.
Era la responsable de las muertes,
de los llantos y de mentes vacías,
la responsable de Hiroshima en el 45
y de los nazis hasta el 44
no es más que pura basura no reciclable
y altamente contaminante para el mundo
Cuando decidí librarme de ella
ésta ató mi cuello
haciéndome esclavo del sistema
obligándome a comer campañas electorales
por melones y empanadas.
Ahora somete mi cuerpo
pero tengo la serenidad de pensar diferente
y la libertad de seguir repudiando al asesino.