Caminante que transitas
en busca de aventuras,
detén un instante tu caminar.
Haz un alto para descansar
en el balcón de la atalaya,
y tus fuerzas recuperar.
Contempla el mar calmado,
pues hoy el dios Neptuno
se siente sosegado,
porque Anfitrite, su ninfa preferida,
de alegrías le ha colmado.
Escucha el susurro, caminante,
de las espumosas olas,
olas que acarician los acantilados
donde las xanas moran.
Descansa, caminante,
en lo alto de la Atalaya,
mientras el Sol se pone
donde el cielo y el mar se abrazan.
No pierdas, caminante,
de disfrutar el fulgor
de su despedida,
en espera de que retorne,
para de nuevo, mañana,
alegrarnos la vida.
Caminante que trasiegas
por mi tierrina,
descubre a Neptuno cabalgando
a lomos de las saladas olas,
escoltado por delfines
cuidadosos de no enojarle
para que con su tridente
no agite la mar
que mansa se mece.
Caminante,
disfruta de la mar calmada,
de la mar que acoge
a las astutas sirenas
que sus melenas acicalan
mientras que con cantos lisonjeros
a los marinos engañan.
Caminante que recorres
nuestra senda costera,
deleita tu mirada
observando a las xanas
que se esconden temerosas
de que las ninfas reales
se sientan celosas
de que Neptuno se enamore
de tan sublime belleza.
Bizarro caminante,
contempla tanta vida oculta,
que sólo puede gozarla
el que despierto sueña.
Haz un alto en el balcón de la Atalaya,
y déjate embriagar por paisaje sin igual .
Luisa Lestón Celorio
1-1-2011
Registrado-
TOMO- BAZAR DE SENTIMIENTOS