No he usado la camisa que me planchaste antes de partir, quiero guardar tu aroma en ella, abro el guarda ropa con sigilo y lo cierro a la menor brevedad, para conservar tu aroma…ese aroma que impregna la habitación cuando no aguanto más tu ausencia y la pongo sobre mi pecho. ¿Cuantas veces te has marchado? ¿Cuantas veces te he llorado?.. He perdido la cuenta; durante todo un año ahorro, cada beso, cada abrazo, he imagino nuestro encuentro, lo que alimenta mi alma… No he usado la camisa…solo la abrazo, sintiendo el sutil rose de tus manos maternales.