Plomadas
La gota que cayó
desde el borde del vaso
zigzaguea, creciendo en la exudación,
hasta tocar tu mano...
no hay recuerdo ni emoción.
Otro día de trabajo,
la misma mesa en el bar,
mientras se obscurece todo;
después del fracaso el modo
que te quedó de ser
fue fumar (nadear[i]), beber...
qué, después de trabajar,
tomaste como “qué hacer”.
Los ojos que no te miran... (más),
la boca que no te besa... (más),
los brazos que no te aprietan... (más),
son las razones que pesan
para que no existan metas... (ninguna más).
Como plomadas que estiran
toda una línea tensa,
hundiéndose en aguas negras...
Se apagan todas las luces
artificiales y estrellas...
no hay (ni para remedio)
una insignificante luciérnaga...
Lo que pasó, ya pasó... (y no pasa),
la costumbre consiguió... (o no)
que se agotaran tus lágrimas...
Otro día que se va... (se pierde),
pero... ¡qué más da!,
¡ya sólo queda el tabaco,
el alcohol y la orfandad!
[i] Hacer nada