Adriana, la bruja anciana,
todas las mañanas,
con los unicornios se enfurece
y se ensaña.
Adriana, la bruja anciana,
vive en una misteriosa cabaña,
detrás de una oscura montaña.
Adriana, la bruja anciana,
desempeña muy a gusto
su horrible oficio;
echandole a la gente
terribles maleficios.
Adriana, la bruja anciana,
es muy malvada,
y ya está realmente cansada
de los duendes del bosques
y de las molestas y pequeñas hadas.
Adriana, la bruja anciana,
tiene como mascota
a un despiadado cuervo
que adora con locura a su ama;
y es su más fiel siervo.
Adriana, la bruja anciana,
sueña cada vez que se peina,
con robarle el trono a la bella reina.
Adriana, la bruja anciana,
se lleva a los niños mentirosos,
y hasta que no confiesan la verdad,
los mantiene en cautiverio
en un tenebroso y sombrío pozo.
Adriana, la bruja anciana,
por las noches,
se transforma en
una peligrosa y mortal iguana.
Adriana, la bruja anciana,
odia con desprecio a la juventud;
y cuando mira a los ojos,
se tiene la impresión
de que absorve
y quita la salud.
Adriana, la bruja anciana,
todas las mañanas,
cuando pierde sus mañas,
se burla de los pobres gigantes
y si puede con suspicacia los engaña.
Adriana, la bruja anciana...