Déjame, en el centro de tus planes.
Deja que recorra mis labios anhelosos
desde tus recuerdos hasta tu futuro.
Déjame admirar tu relevamiento encantador,
y demostrarte mi habilidad entre tus curvas,
que yacen húmedas sobre este lecho caliente.
Déjame escuchar tu jadeante susurro desbocado.
Tu pecho es caja de música que me embruja,
cuando inhalas mi respiración dejándome sin aire.
Ódiame o ámame, no me interesa esa condición,
solo déjame en cualquier parte de ti,
explorando tus poros que succionan mis deseos.
Bebiendo la humedad que tu carne emana.
Deja que tus gemidos me cuenten tu historia,
que en tu ardor corporal germine mi pasión,
que hoy nada me importa porque tu eres mi gloria.
Déjame en el centro de aquel punto final,
que los dos tanto hemos deseado.
Déjame en el centro de aquel punto final,
que los dos tanto hemos planeado.
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AMAZONAS, 09.04.14