Otro día más para amarte maravilla de mujer,
estremecen mis brazos donde refugiaste tu amor,
cálido como la piel del verano,
dulce como la almíbar de rosas,
así son los días radiantes e inmensos,
con tu presencia de amada
perfumados los instantes en los amaneceres.
Aun tengo tu alivio que disipa tus encantos,
otro día es igual al ayer,
nada cambia entre los dos,
todavía soy como un amante apasionado
y tú, mi princesa del otoño,
te alojas en mi alma y dominas mis pasos.
Crepúsculos de oro iluminan mi ventana,
me despierta la alborada en mi lecho,
cuantos sueños han cargado mi almohada
y tu vestigio me obliga a buscarte,
me acompaña el éxtasis solo en tus encuentros
y tu calma es mi cura del dolor.
Quisieras contar nuestros días
como cuentas tus años,
cuenta las estrellas y la arena del mar,
te daré la respuesta a tu pregunta inquieta,
¿Cuánto tiempo te amaré?
mucho más de lo que imaginas
nuestros días infinitos seguirán creciendo,
no nos cansaremos de aguardar en el pecho
tanto amor floreciente que hoy nos llena de gozo.