Transcurrimos en una oscuridad absoluta. Inmersos en la nada. Nos movemos a tientas, ante la posibilidad de toparnos con algo, algo que no tiene nombre. Y esa es la única certeza. En un espacio negro puede darse un embate. Y así transcurre el devenir, conocido como tiempo. Lo rige un calendario, no sabemos si es universal o personal, antiguo o moderno. Y seguimos dando pasos ligeros o tropezando. Nociones estructurales: tiempo y espacio. Tiempo, espacio y la nada. Se conjugan los tres cimientos, y todo es una incógnita regida por el factor sorpresa. Pasó algo extraño. Repentinamente apareció algo que golpeó suavemente mi cabeza. No sé cuánto demoré en reaccionar. Pero al despertar me vi rodeada de formas y colores… ¿Serán sólo apariencias?