La extraño tanto y no sé hasta cuando
la tendré en mi mente recordando,
me vuelvo loco me siento atrapado,
escucho su voz diciéndome te amo.
Déjenme pensarla con la nostalgia del alma,
déjenme recordarla aunque más eso mata
la esperanza de salir de estas turbias aguas
de salvarme de este mar de lágrimas.
En mi desesperación me preguntaba
donde quedo el esfuerzo que tomo
el conquistarla con poemas de amor
que me salían del alma cada semana.
Hubiera preferido verla con otro feliz
que en un ataúd callada si nada que decir.
Hubiera dado mi vida como aquel día
en que la muerte rondaba en la esquina.
No estuve allí cuando me necesitaba
para remplazar mi vida por la suya
no estuve allí para salvarla
esta vez perdí no pude ayudarla.
Hoy es su entierro y se esconde el valor,
tengo miedo de decirle adiós,
a los juramento y todos los sueños
que planeamos con mi dulce amor.
Se derrumba mi calma y mi alma
deja caer sus lágrimas en la cama
el corazón sin fuerzas la llama
de tanta tristeza mi fe se desmaya.
Pierdo el control maldiciendo al destino
él sabía que estaría poco tiempo conmigo
por qué la puso entonces en mi camino
antes de todo me hubiera advertido.
Para no enamorarme como lo hice
para no entregar el corazón a sus pies
para no amarla como la ame
y por siempre juro que la amare.
La amo con todas las fuerzas que puedan existir
la extrañare por siempre pues sin ella no sabré vivir
y aunque forme una familia no seré feliz
pues en ella sembré la semilla de un buen porvenir.
La amo más que cualquier ser que a una mujer haya amado
La amo más que la belleza al mismo encanto
La amo más que cualquier poeta a su poemario
sobre todas las cosas la amo
La amo aunque sé que es un pecado
de amarla más ella que a mi Dios Santo
Pues con ella era libre y sin ella soy esclavo
de la tristeza que ahora me tiene de pies a cabeza atado .