Te disparo a quemarropa
cientos de besos.
Quemo tu piel
en abrazos de verano ardiente,
y hundo mi deseo que te clama,
en aquella otra boca carmesí
sin lengua,
sin paladar
sin dientes.
Nos doblamos al medio,
tango tan sensual que ven mis ojos,
perspectiva interior
que dan mis vuelos.
Ando por el aire como artista
del sexo que pintamos entre sábanas.
Curiosamente imaginé
lo que concreto.
Fantaseo con vos...
y toco el cielo.