Mary fue mi gran amor, no me acuerdo quien nos presentó, pero desde aquel instante, los dos nos hicimos inseparables, ahora en la imprecisa quietud de la tarde, me pregunto que le pudo suceder.
Solo sé, que la vieron salir de casa diección al lago, todos pensaban que estaba conmigo, pero yo no me enteré de nada de lo ocurrido hasta que un policía me apresó, juré que Mary estaba viva la última vez que la vi, pero no sirvió de nada, aquella maldita tarde alguien nos separó y ahora mientras duermen las sombras, crece el silencio en mi corazón.
Mary se fue y yo sigo aquí, encerrado en una celda por algo que no hice, mi único delito, fue amarla, pero ella no murió de amor, Mary apareció ahogada en el estanque donde solíamos pasear juntos. Como castigo me condenaron a vivir entre rejas, pero mi verdadero castigo es tener que vivir solo de recuerdos.
Ahora Mary, se me espera con sus brazos dormidos, perfumando el rosal del cementerio, prometo que antes de que muera la tengo que visitar, he de decirle que valió todo la pena por un poco de su amor.