Ese Día
Te vi cuando bajabas de su auto
a una pocas cuadras de la casa,
yo nunca realizo ese camino,
pero ese día venía de otro lado.
Lo hizo tan rápido, que más
por el mover de tu vestido
fue que “entendí”
su pellizco atrevido.
Quedé parado en el lugar,
sin respirar... me apoyé al muro,
tú, en tu apuro,
doblaste en la esquina sin mirar.
Tardé, no sé cuantos minutos...
pero al final pude reaccionar,
y también doblé en la esquina
hacia mi hogar...
Cuando entré te hallabas en el baño,
tú, cantabas en la ducha...
yo preparé café...
al salir, te sorprendiste y me dijiste:
-“Oh, querido... ¡qué temprano...!”
y un beso me diste...
con tu boca mojada...
con tu boca en que respiro...
con tu boca imprescindible...
Nada te dije, y ese día
fue que supe...
¡cuánto era que te amaba!