Si en tus labios naufragara
y en tus brazos me echara a tierra
salvarías tú mi vida
pues nadando estoy perdida.
En la orilla de esta vida
estoy mirando de reojo,
buscando entre la brisa
posiblemente un tesoro.
Ya el verano termina,
vuelvo a casa enseguida;
solo recogí piedras,
nadie salvó mi vida.