Palidecen enfermándose mis manos ante el hecho
inefable e irrefutable de que ayer vi partir al amor,
se aferró al primer viento que pasó con todo ardor,
así voy gritando lo impávido por corazón desecho.
Siento descoyuntarse mi alma en todo el pecho
Por ese ayer de ver partir al amor que fue de mayo.
Mis manos no lograron retenerla un rato, de soslayo
pasó rápido la calle llevándose su alma en despecho.
Mi pecho aún persiste en tener su nombre por derecho
Como comprensión que se debe vivir con lo ausente
A borbotón porque no hay reconciliación permanente
Ni porque hay cama fría. Ni porque hay un contrahecho.
Vi partir al amor cuando la canción empezó a ser insatisfecho
A recuerdos juntos: a la hora del correo, A la hora de la llamada,
La hora de las postales, la hora del café negro, la hora andada;
Vi entonces que dejaron de venir, pendular momento sin provecho.
Ayer el amor murió, dejó de batir alas, y no queda a estar al acecho
Por si hay algún lenguaje, por si quedó algo en el buró, por si a caso
Hay algo en las sábanas heladas, en los vasos de té que quedó en el ocaso,
Pero no, porque no hay nada, sola la caricia consumiéndose en el lecho.
© D. Valencia. Reservado todos los derechos de autor.