LA LOCOMOTORA
Maestro Ismael
Todos te admiramos
Porque eres fácil de querer.
Por tu limpia mirada,
Aunque te cuesta ver,
Por tu palabra fácil y amable
Que nos contagia tu fé,
Por tu nobleza en el deporte
Reconociendo al mejor
Y sabiendo perder.
Dejaste huella en balonmano,
En el tenis fuiste un mago
Sufriste y gozaste en la montaña
Y la carrera te ha consagrado.
No me quiero extender
Pero eres la locomotora
Que mueve nuestros piés
Tu cabeza no para de humear
Y en cuanto silbas
Todos nos subimos al tren.
Alguno pregunta
¿Donde vamos?
Y otro contesta
¡no lo sé!
¡pero vamos con Ismael?
Elda 1998