No te amo porque quiera,
ni te quiero por amarte,
te amo de manera,
para siempre adorarte.
Mas, te adoro sin pensarlo,
pues pensarte es desearte,
y en querer imploro,
una vez más, besarte.
Y te siento en mis venas,
agazapando las penas,
ocupando cada espacio,
con tu rostro de topacio.
Bajo sonido de calma,
honda, tan profunda,
cala el alma de notas,
en el canto de luna.
Sosegado por tu vientre,
cuan niño en Diciembre,
culpo a tu mirada,
de mi alma enamorada.
No te amo porque quiera,
ni te quiero por amarte,
tal vez te amo donde quiera,
pues te quiero para amarte.
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe