Sobre todas las cosas,
nada en vano fue,
los días de espera,
y las largas horas
de leñas sobre el fuego cesaron.
Acento que me desnuda,
y aunque mis letras
mudas desvanezcan,
sabias que este frío era mio,
y nos gusta saber que tenemos
el mismo negocio bajo el brazo.
Tenemos el poder,
el encantador poder
de matarnos dulcemente,
así es como la guerra
empieza a caerse.
Descansa mi soldado,
cuando el recuerdo
se recupere temeré de que sea tarde.
Aunque allí este guardado,
y se despierte por madrugadas eternamente.
No será fácil olvidar
lo que se ha escrito,
seguira apareciendo
como una canción burlona de Amor...