Sin el más mínimo egoísmo,
ten en cuenta mi existencia.
Cuando te necesito,
no seas indiferente
hacia mi necesidad de ti.
Cuando me necesitas,
estoy presente.
Cuando te he necesitado,
has estado, me has acompañado.
Pero ahora, te noto alejada.
No pretendo dediques
tu vida constantemente
a la mía.
Ya eso sería egoísmo de mi parte.
No pretendo serlo.
Ni lo soy.
Tú me conoces, y yo a ti.
Pero muchas veces,
siempre \" estas muchas veces \",
están en mi vocabulario,
no comprendo tus apariciones
y tus súbitas desapariciones.
Vuelas como una golondrina,
te remontas por los aires,
con esas, tus poderosas alas,
con la potencia de un águila.
Escrudiñas, observas,
hablas, permaneces en silencio.
Y en mí queda la intriga.
Más bien diría... la incertidumbre.
Las de las presencias y ausencias.
Bajas hacia la tierra,
y, como si volaras,
te remontas por los aires...
¿Hacia dónde?
Solamente tú lo sabes.
Mi ignorancia no llega
a comprender ciertas actitudes.
Mi alma siempre está dispuesta.
Pero debo tener la convicción
que no todos tenemos
los mismos sentimientos.
Quédate tranquila.
Me he convencido
que todas las almas
no son iguales.
El mundo está colmado
de bellezas naturales.
Y cada uno de nosotros,
tenemos la belleza
de nuestra alma.
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto -13/04/2014)