RICARDO FELIPE

BELLA

¡Está bella! Desde el fondo, hasta su mar hondo,
entre concatenaciones de estrellas, usted es la más bella,
llena de silencio, pero pintada de todo eso,
está bella, demasiado bella
y no me queda duda que tiene la boca en mis venas.

Hermosa como princesa del tiempo,
como alma serena entre miles de azucenas, 
está bella por los cuatros costados y por su infinita ternura,
colándose en mi premura con toda su dulzura,
es bella de mente, suntuosa, permanente,
capaz de asentar en mis páginas, lo que el corazón siente.

Frondosa como bosque no descubierto,
con facultades para multiplicar la esperanza en mi futuro incierto,
usted es bella con sólo una palabra y miles de expresiones del rostro,
adueñándose de mis nostalgia y de mis sueños remotos.

¡Está bella! Desde el comienzo de su era, hasta el final de mi existencia,
bella como la sonrisa de los pájaros que salen liberados después de tanto tiempo,
bella surcando el destino, adornándolo con sus momentos,
de mirada cautivante, rostro destellante, usted es bella de manera constante,
dueña absoluta del crepúsculo y de las acuarelas del mañana,
usted ha sabido ser parte permanente, de lo que evoca mi calma.



Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe