Al mirar mi cuerpo, detener mis ojos en cada valle,
en cada montaña, cada milímetro de piel
imagino y hasta llego a sentir tu cuerpo acercarse al mío
Yo, ansiosa, desesperada, reacciono locamente,
ajena a la cordura, despojada de todo y dueña de nada
Mis deseos por tí me atan, me someten,
me llevan a sensaciones insospechadas
Un te quiero de tu boca que no logro escuchar y de golpe... la conciencia,
¡era un sueño!
Pero te advierto vida mía, no respondo de mí,
si algún día te tengo en mi lecho.