Entre la muchedumbre y las penas ahogadas
Contando con la noche, el licor y los cuerpos sin rostro
Va caminando, deseando dormir en una nueva almohada
Y se marcha, lejos del alba, al bar de los miedos rotos
Ahí escondido, en varios versos de la calle
Cree que todo será trivial con el corazón bajo un candado
Antes de entrar se traga la llave
Nunca imaginó que caería tan bajo
Sueña
Llora
No pierde el humor
Sabe que las lágrimas son de gloria
No sabe quién de todas es la madama
Y quiere una cama, tiene un ansia atroz
\"Vos, traeme una dama\"
Dice, y se deja llevar por el juego que nunca jugó
Suelta su reloj, deja caer toda su ropa
El color y la forma lo toma como un buen presagio
Oye el dulzor de un par de notas
Mira la silueta de montaña vertical y se va preparando
Detalla la sombra y sus curvas sonrientes
Y tanta gente que por ahí pasó
\"Si es un sueño, que no me despierten\"
Piensa, mientras conoce las caderas que siempre soñó
Cuenta una por una las cicatrices
También los lunares y cambios de tez
Nadando en la cama de los náufragos infelices
Saboreando por última vez esa nueva piel
En vez de la espalda le toma la mano
Y ella con picardía lo intenta incitar
\"Sin miedo que tú y yo no somos hermanos\"
Y como en un pueril juego la empieza a imitar
Saborea su aliento a cigarrillo
Y como un hilo suelto que se va jalando
Toca su cabello desde el riso hasta el remolino
Y sigue con el juego sin querer terminarlo
Con ese inocente interés decente
\"Aún no me sé tu nombre\"
Le pregunta de buena gente
Y responde: \"entre miles, lo sabe un solo hombre\"
Vislumbra levemente el color de sus ojos
En el mar de la cama donde no se ve nada
Ella no se sorprende por ver los de otro
Él... él piensa que el techo es la noche estrellada
Sin ilusiones termina su trabajo y lo deja sentado
Y él acostado aún no comprende el ritual
El alba llega y de la noche quedan retazos
Un tipo de luz no muy habitual
El día pasa y la ciudad lo recupera
Él lo acepta y continúa su vida
Le carcome el recuerdo de la noche entera
Y lujurioso entra en la espera de que acabe el día
Cuando llega al bar todo sigue igual
Al menos eso piensa y sigue su camino
Someramente analiza el lugar
Y dice para sí: \"hoy ella volverá a dormir conmigo\"
Sin preámbulos habla muy claro
La madama al mirarlo lo piensa dos veces
Él insiste sin dudarlo
Ella le dice: \"esto es mucho menos de lo que mereces\"
Jazz entra por su oído
Tango sale por su boca
Y en un Flamenco le dice
Que quiere otra noche de Bossa Nova
Desea la misma mujer de tan intenso color
La chica serpiente que baila por la flauta
La madama le dice que eso no es cuestión de amor
Que en el bar una dama baila es por la plata
Entiende sin reproche la situación
Y se va con una gran cara larga
Se dejó llevar por los juegos de la ilusión
Y ahora sí camina hacia el alba, sin ánimos de buscarla
La lluvia lo acecha mientras sigue caminando
Con unas lágrimas saladas que todo lo opacan
No tiene siquiera un paraguas en la mano
Empieza a confundir el vértigo con la resaca
Se para en la baranda del puente sin temblar
Y poco a poco empieza la cuenta regresiva
¿Sería una locura intentarse suicidar?
Quizá no tanto, si ama a una dama de compañía
Un leve empujón y todo resuelto
Pero siente el frío de unas manos congeladas
Se sorprende al volver a ver los ojos aquellos
Y ella le dice: \"no te preocupes, amor, que yo siempre seré tu dama\".