Salvajito estaba quieto,
como un Dios, en armonía
vibraba igual a un viento silencioso
Damisela lo miraba extasiada
y lo entendía todo
(porque era Damisela proclive a entender cosas profundas)
Salvajito susurraba la perfecta eficacia de cada movimiento
la posibilidad de vivir en reposo, con el cielo en la tierra
Damisela absorbía la luz de ese momento
se había despojado de inútiles temores.
Los ángeles nos cuidan, nada nos hace falta, le dijo salvajito
ya lo tenemos todo
la eternidad , el cielo, la tierra, su abundancia
no nos falta el amor
porque eso es lo que somos.
El tiempo, inexistente
La culpa, ineficaz
Los errores, un puente
La quietud, la respuesta
Y en ese instante mágico de conciencia absoluta
Salvajito y Damisela crearon el Edén .
andrea