Algunos le temen
porque no es muy sociable,
sin embargo este está tan
acostumubrado que de noche
duerme arriba
de los botes del puerto.
Si ya es bastante confianzudo,
se hizo amigo.
Y cuando los pescadores, limpian,
este tal cual un perro atrapa
los pedazos que desechan al agua.
Una siesta obligada luego de tener
el estómago satisfecho.
Reposa sereno luego de
una durísima jornada...
Envidiable su azorosa vida
mi amigo viejo lobo de mar