No digas que no puedo amar,
o que no es claro ni propio,
es más digno de odio
para el que sabe actuar.
Actuando es que conocemos,
a fin de cuentas a quien
creemos estar amando,
y que sólo nos hace actuar.
Porque el amor es una obra,
que no divisa el final
y si tú quieres, que yo te ame,
vida mía enséñame a actuar...
pues no pretendas cariño,
ni insolencias, ni paz.
Si tú quieres que yo te ame,
vida mía, enséñame a actuar.
Porque actuando los grandes males,
y las penas, y la gloria,
con el amor se van.
Y si es así, todo es una obra,
la piedad, la tristeza,
eso te voy a enseñar.
No eres propia de tanto canto,
pero de saber actuar
eres agua al cántaro,
vida mía, enséñame a actuar.
Haremos de éste amor un teatro,
adónde el público irá,
y de la cama la escena,
donde tú enseñarás.
La vida es una obra, mi niña,
y si es que quieres amar...
como lo propio en la vida,
mi vida... enséñame a actuar.